El único enemigo real.

   

     Parece increíble,pero así es . Nos pasamos la vida peleando, luchando contra el mundo. Nos enfadamos, ofendemos, sufrimos por lo que nos hacen o dicen los demás..., vemos enemigos por todas partes. En el colegio, el trabajo, la familia... 

   Pero el único enemigo real que hay, está dentro de tí. Se llama Ego. Y lo tenemos identificado con el yo. Ese es el peligro y la dificultad. Que nos hemos identificado tanto con él, que nos le hemos creído y adorado incluso; creemos que somos eso. Nada más lejos de la realidad. 

    El ego no eres tú. Es un personaje creado por tí, en base a toda la información externa que has recibido desde que naciste,e incluso antes.

 Las etiquetas que nos van poniendo... "buena/mala hija, simpática, borde, introvertida/o , maduro,infantil,feo/a, atractiva/o,inteligente, bruto, fuerte, débil..... son infinitos.Cada uno sabe los que tiene asumidos como propios. Ese "yo soy así", que cada vez me cuesta más escuchar, por todo lo que eso conlleva en el interior del ser humano y el daño que hace. Las personas lo utilizan como excusa cada vez que hacen ,dicen o piensan algo que en su interior saben que no es lo correcto,..,porque su Ser real,esa voz que has escuchado mil veces y a la que no sueles hacer caso, te lo ha dicho.Y esa es la justificación para seguir haciéndolo..."yo soy así". Como si cuando hubieras nacido te hubieran dado con una varita mágica en la cabeza y te hubieran echado un maleficio..." TÚU  EERES ASÍII".... y claro, qué puedo hacer yo,contra eso?? Jajajajaja.... 

    Lo que tú crees que eres, está absolutamente manipulado por todas las etiquetas a las que me he referido antes, y por toda la "información" recibida de la sociedad,profesores,políticos,t.v.,vecinos.., de lo que es "bueno o malo", "normal", lo que se debe o no se debe hacer.., en base a dónde nazcas y te críes claro. 

     Todos estos juicios dependen siempre de la nacionalidad,religión,edad,raza,situación económico_social... Vamos, que no tienen consistencia ninguna. Y están manipulados para hacer con tu mente lo que unos pocos quieren.Que tengas miedo permanentemente, y estés enfadado. Así lo pagarás con el resto y se seguirá extendiendo la oscuridad.  

     Eso que llamas "yo", es esa mente manipulada. Y cuando en la vida te toca tomar decisiones y elegir acerca de los pasos que dar hacia tu felicidad( que es lo que buscamos todos), te vuelves loco/a, no entiendes nada... No sabes qué quieres realmente.... ESO NO ES VERDAD. Sí lo sabes. Pero dices -" No sé que hacer, porque el corazón me dice una cosa ..., y la cabeza otra..:" -" No sé si hacer lo que quiero, o lo que debo." AHÍ LO TIENES.  Sabes perfectamente lo que quieres tú. Y sabes que lo que quieres tú y tu corazón es lo mismo.... Pero lo contrastas con esa cabeza manipulada para que te diga ella lo que es mejor para ti. ¿Pero eso cómo va a ser posible? No lo es.

    Ahí está el lío. Que te has creído que tú eres tú cabeza, que es la que habla en nombre del ego ( ese que se ofende, enfada, y ve enemigos por todas partes). Pero la información real siempre está en tu corazón, que a diferencia de la cabeza,nadie puede manipular..., y esto también lo sabes; ahí están las respuestas verdaderas de tu Ser.

      Así que el único enemigo que tienes que se dedica a ponerte zancadillas y a mandarte pensamientos que se contradicen con tus deseos, es ese otro tú falso, que has asumido como real. Y a ese es al que te tienes que enfrentar cuando te parezca que algo/alguien externo te está incordiando y sacando de tu equilibrio. 

     Comunícate contigo,con tu corazón, y pregúntale a él siempre. Y cuando te responda, haz un esfuerzo por no  juzgarle y otro más grande en hacerle un poco de caso.

     

     Es un trabajo del día a día, con continuidad y disciplina. El primer paso es empezar a darse cuenta de la diferencia que hay entre tu yo real, y el falso. Despertar del engaño.Cuanto más poder le hayas dado,más intentará conservar su poder. Pero el poder lo tienes tú. 

    Yo he conseguido desmontarle, y si yo puedo, todos podemos.