jueves, 8 de enero de 2015

Érase una vez La Inocencia...







                                        Hace muucho,muucho tiempo..., existió un lugar en el que reinaba la Inocencia...
        Todos sus habitantes estaban en Paz; disfrutaban de todo lo que acontecía, puesto que no tenían nada de lo que preocuparse... eran Inocentes. Nadie se sentía culpable de nada, ni se le ocurría culpar a los demás...desconocían ese término. Cada uno sabía que era un ser amado, querido..., que estaba en ese momento y lugar para disfrutar de él, y nada más.  
      Al saberse Inocentes, a nadie se le ocurría enfadarse con nadie....; ¿por qué razón hubiera tenido que hacerlo?? No tendría sentido. 
      El miedo por supuesto, no existía en aquel maravilloso lugar... ¿¿De qué iban a tener miedo..., si nadie había hecho nada malo por lo que tuviera que temer ningún castigo??
     Todo era Amor, Armonía, Felicidad, Compañerismo, Diversión.
     Todos disfrutaban de una salud espléndida, puesto que sólo albergaban dentro de sí buenos sentimientos y pensamientos puros... ¿ De dónde podría venir cualquier tipo de malestar?? ¿¿Para qué?? 
        Todos sus seres jugaban y se divertían sin fin... tuvieran la edad que tuvieran. Nadie dejaba de sentirse niño/a nunca. Nacían Inocentes, y jamás dejaban de serlo..., así que con los años acumulaban experiencias vividas..., pero disfrutando de ellas siempre. Con la alegría de sentirse merecedores de todas las cosas buenas que les ofrecía la vida en ese tiempo y lugar...
      Todos cuidaban de todos, puesto que se sabían parte de un sólo Ser, una única existencia para todos, en la que cada sonrisa se contagiaba a los demás; y sabían que era importante cuidar esas sonrisas, porque de ello dependía esa preciosa existencia, que era la Única.
       Así transcurría todo... Se respiraba amabilidad por donde quiera que fueras... El Amor era el sustento de todo lo que vivían y lo cuidaban de forma natural, puesto que formaba parte de ellos, y no había ningún motivo para que fuese de otro modo.
       Disfrutaban de abundancia sin fin, que salía de la Fuente de Amor infinita,que todo alimentaba , ya que era un ciclo de continuo retorno... El Amor de cada uno, retornaba a la Fuente, que de ese modo lo volvía a regalar , con un circuito de abastecimiento sin fin.
       No se conocía ninguna emoción más allá de la Felicidad...

              La tranquilidad era el estado natural...; así que nadie podía imaginar lo que estaba por ocurrir...
     Un hecho insólito,  que iba a sumir su bonito mundo, en una nube negra y espesa, que les iba a producir un profundo sueño...lleno de pesadillas imaginarias.Y que les mantendría en esa "maldición ficticia", hasta que cada uno se diera cuenta de que estaba soñando, y que lo único que tenía que hacer, era querer DESPERTAR.